Unido al Ebro

Alzándose sobre el río Ebro, justo al lado de la impresionante Basílica del Pilar , hallamos uno de los grandes emblemas de la ciudad de Zaragoza.

El Puente de Piedra, es un punto ineludible durante una visita a la capital maña, por su simbolismo e importancia para la ciudad , como por su belleza.

Atardecer en el Ebro

Atardecer en el Ebro

Su construcción , no resultó nada fácil y duró bastante tiempo , culminándose en el año 1440.

De estilo gótico, el Puente de Piedra , ya se conocía de su existencia en la época romana, cuando además de puente , ejercía a su vez de acueducto.

A pesar de que fue destruido tras varias inundaciones y riadas a finales de 1643 , volvió a levantarse , para alegría de todos los habitantes de la ciudad.

Leones custodiando el puente

Leones custodiando el puente

Flanqueado en una de sus entradas por cuatro leones, el Puente de Piedra, nos da la bienvenida a una ciudad , adherida al río Ebro, con el que mantiene desde siempre una relación casi idílica.

Las vistas desde este puente de la ribera del río son espectaculares , como también lo es la estampa que nos deja de la Basílica del Pilar, desde cualquiera de sus puntos.

Vistas de la Basílica del Pilar desde el Puente de Piedra

Vistas de la Basílica del Pilar desde el Puente de Piedra

La Cruz de Basilio, está ubicada en el puente  y es otro de los puntos de encuentro del mismo y un lugar con gran importancia histórica.

Atravesar en ambos sentidos el Puente de Piedra , es una obligación durante una estancia en la ciudad de Zaragoza.