Montaña de la luna

El paisaje que nos ofrece la provincia china de Guangxi y en especial Guilin y la pequeña localidad de Yangshuo , es uno de los mejores que podemos disfrutar en este gigante de Asia.

A orillas del sinuoso río Li, se alzan un sinfín de montañas y colinas que forman en conjunto uno de los paisajes mas espectaculares del planeta y que han sido inspiradores para múltiples escritores, cineastas y cantantes.

La célebre Moon Hill

La célebre Moon Hill

Recorrer esta serie de montes de diferentes formas y tamaños es una de las principales actividades a realizar en la bella Yangshuo y de entre todas estas colinas tan variadas hay una que destaca del resto por su particular fisonomía.

La Moon Hill (Yueliang Shan) o colina de la luna , se eleva 380 metros sobre el suelo con una anchura que supera los 400 metros.

La parte mas interesante de este monte es que esta «agujereada» en la mitad de su «cuerpo»en forma de arco como si de un cráter se tratase .

Este enorme y curioso orificio arqueado tiene unas dimensiones de 50 metros de altura y es visible desde muchos puntos de Yangshuo, convirtiéndose en toda una referencia para los viajeros que visitan el lugar.

Al fondo , la colina de la luna

Al fondo , la colina de la luna

Es posible para cualquier visitante acceder al hueco de la Moon Hill ,eso si , con gran esfuerzo, pues deberemos ascender a través de los mas de 800 escalones que separan el suelo de este agujero con forma lunar.

Subir a la colina de la luna es duro , sobretodo por la intensa humedad de la zona que unida al sofocante calor , nos hará sacar lo mejor de nosotros durante los 20-30 minutos de recorrido.

 

Una vez en la Moon Hill ,el panorama que nos ofrecen las vistas de las que gozaremos, compensan el esfuerzo realizado y suponen un premio superior al esperado.


 

Realizar la travesía que nos conduce a la cima de la Moon Hill y a su orificio lunar no es gratis.

Justo en la entrada deberemos pagar 20 Yuanes por subir en las taquillas situadas en la entrada.Hay un parking donde dejar las bicicletas aunque hay que estar atentos a los «gorrillas» que intentarán cobrarnos por vigilarnos la bici.

Durante el ascenso encontraremos a unos cuantos vendedores ambulantes sumamente persuasivos.