Barrio autentico

Una ciudad tan grande y cosmopolita como Bruselas, donde a diario se citan políticos y dirigentes de todos los países del mundo, todavía conserva rincones , que han sabido mantener intacta su esencia.

Lejos de parecerse a las zonas turísticas como son La Grand Place o el distrito de la Unión Europea, la capital belga, atesora algunos barrios típicos,donde las tradiciones florecen ajenas al progreso.

Les Marolles, es uno de estos lugares. Este distrito , es uno de los pocos barrios obreros de verdad , que todavía podemos ver en Bruselas.

Untado de un inusual colorido, en esta zona, podemos ver de cerca, la auténtica vida ,de los habitantes de la ciudad , sus costumbres, donde compran , etc….

Mural en la pared

Mural en la pared

El centro neurálgico del barrio lo encontramos en la Place du Jeu-de-Balle, en la que , cada mañana temprano , podemos observar como montan los comerciantes, las paradas del mercadillo que en ella se forma.

Mercadillo en la plaza

Mercadillo en la plaza

Los puestos callejeros abarrotan esta plaza y sus alrededores y es un buen lugar para saborear las famosas ostras de Bruselas, que se han convertido en uno de los platos típicos de la ciudad junto a las Patatas fritas, los gofres y como no, la cerveza.

Vendedor de ostras

Vendedor de ostras

Que ver

  • Place du Jeu-de-Balle
  • Place de la Chapelle
  • Iglesia de Notre Dame de la Chapelle
  • Casa Brueghel
  • Museo de la Cerveza

Etc…

La iglesia de Notre Dame de la Chapelle, es posiblemente , la atracción mas impactante del barrio.

Iglesia de Notre Dame

Iglesia de Notre Dame

Este templo es el mas antiguo de la ciudad y es de estilo Románico-Gotico. Su construcción data de principios de 1134.

El barrio se extiende hasta la impresionante Porte de Hal, que nos empuja hacia le pasado mas medieval de Bruselas y de su legado histórico.

Pasado medieval en la Porte de Hal

Pasado medieval en la Porte de Hal

Las calles de Les Marolles, nos catapultan a la verdadera Bruselas, tranquila y pausada, donde todo tiene su orden y en la que la tradición se mezcla a diario con la modernidad, pero sin olvidarse de sus orígenes.